Con la entrada del otoño, comienza la época principal de recolección de la alcachofa y su consumo en las mesas de todo el país. Tal y como apunta la asociación Alcachofa de España, actualmente en España consumen este producto más de 11 millones de personas con una media de más de 3 kilos por persona. Unas cifras que muestran la importancia que va ganando este producto de excelentes características.

Uno de los objetivos que se plantean desde esta asociación es el tratar de eliminar la consideración de la alcachofa como un alimento estacional, ya que se trabaja para ofrecerla de forma continuada para que forme parte de las dietas durante todo el año. La producción de variedades híbridas posibilita que estén presentes en el mercado en formato fresco, en conserva y también congelada.

En este sentido, la producción de alcachofa en España ha ido aumentando hasta situarse en unas 220.000 toneladas anuales. La zona de producción en España se sitúa en el arco mediterráneo, La Rioja y Navarra siendo Benicarló y la Vega Baja alicantina dos de las principales zonas productoras en España. Actualmente, son más de 3.000 familias las que se dedican a este cultivo.

España se sitúa como uno de los principales productores de alcachofas en todo el mundo. La producción española de alcachofa supone un 25% de la producción europea.

La alcachofa no solo triunfa por su sabor y versatilidad, también por su valor nutricional. Si por algo es conocida y admirada la alcachofa es por no contener grasas saturadas y ser rica en cinarina, un compuesto fenólico muy beneficioso para el organismo por sus propiedades coleréticas y colagogas. Asimismo, favorece la reducción de los niveles de colesterol en sangre gracias a los compuestos de tipo fenólico que contiene. Es rica en fibra y proteínas. Además, no hay que olvidar su potente poder vitamínico, donde destaca la vitamina K, vitamina E, la niacina, el ácido pantoténico, la vitamina B-6 y la vitamina C.