Agrométodos entra en el mundo de los microorganismos
Según el Nuevo Reglamento (UE) 2019/1009 sobre productos fertilizantes UE un «producto fertilizante» es “una sustancia, mezcla, microorganismo o cualquier otro material aplicado o que se destina a ser aplicado en los vegetales o en su rizosfera, en los hongos o en su micosfera, o destinado a constituir la rizosfera o la micosfera, por sí mismo o mezclado con otros materiales, con el fin de proporcionar nutrientes a los vegetales o a los hongos o mejorar su eficiencia nutricional”.
El ser humano comenzó a emplear los fertilizantes químicos al descubrir que era la manera más eficaz de mantener la capacidad productiva de los cultivos. El uso continuado de dichos compuestos ha generado una serie de efectos negativos sobre el medio ambiente que están ampliamente probados. Está demostrado que su uso conlleva un riesgo elevado de daños ambientales, como son la infertilidad de los suelos sobre los que se aplican, la contaminación de las aguas subterráneas, el efecto invernadero, así como posibles repercusiones en la salud y seguridad de las personas.
Desde el comienzo de la agricultura, los abonos han sido empleados como fertilizantes biológicos, aportando grandes cantidades de nutrientes para las plantas.
El suelo agrícola es un recurso inestimable y limitado, cuyo potencial agronómico actual se debe a la labor desarrollada por el hombre durante siglos. La degradación irreversible de este recurso supone hipotecar las oportunidades agrícolas de generaciones futuras. Por este motivo, la protección del suelo constituye un objetivo prioritario en un buen abonado, para garantizar su fertilidad y su valor agronómico, presente y futuro.
Existe otro tipo de biofertilizantes cuya particularidad radica en contener en sus formulaciones agentes microbianos (bacterias, hongos, …). Dichos bioinoculantes cumplen diversas funciones para la planta y el suelo (promotores del crecimiento, nutrición, defensa frente a agentes bióticos y abióticos, …) y además suponen un ahorro en el empleo de fertilizantes químicos, una reducción del impacto ambiental generado por la fertilización excesiva y una mejor adaptación a la agricultura del futuro generada por el cambio climático. En definitiva, los microorganismos beneficiosos del suelo pueden aumentar significativamente los rendimientos de los cultivos al tiempo que reducen el uso de fertilizantes.
Agrometodos en su continuo esfuerzo en ser fieles a nuestro hecho diferencial (productos exclusivos reconocidos por su alto valor científico-técnico que sean referentes en la nutrición vegetal y la protección de cultivos lejos de la lucha química y sin residuos), ha visto indispensable apostar también por el uso de la fertilización biológica con la que ayudar al agricultor a conseguir de una manera viable y eficaz sus objetivos sin renunciar a la rentabilidad y a la sostenibilidad de los suelos y cultivos.
Para alcanzar dicho objetivo, Agrométodos se ha convertido en socio fundacional de Agrogenia Biotech.
Agrogenia Biotech es una empresa que nace de Agrogenia, empresa con más de 10 años de experiencia en el sector de los microorganismos, y cuenta con el respaldo de colaboraciones con centros de investigación públicos entre el que hay que mencionar FIUS (Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla), con personal investigador con más de 35 años de experiencia en inoculantes microbianos.
Agrogenia Biotech se encargará de biofermentar los inoculantes microbianos que Agrometodos empleará en sus biofertilizantes futuros.