De manera generalizada la producción y exportación mundial de casi todas las variedades de frutos secos está creciendo. En España también se continúa produciendo un boom de estos cultivos debido al incremento de la demanda en la UE, donde las compras han crecido un 17% en los últimos cinco años. Las superficies y producciones de nogal, pistacho y almendro fueron las que más crecieron en 2020, según un estudio del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA).

En dicho estudio se observa que el cultivo que ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos años ha sido el pistacho, alcanzando ya las 48.000 hectáreas plantadas, con crecimientos en el año 2020 del 31 % en secano y del 20 % en regadío. Este cultivo es de reciente implantación y un dato que lo corrobora es que un 63% de dicha superficie no ha entrado aún en producción.

El almendro se mantiene como el cultivo mayoritario, sigue creciendo, aunque en menor proporción que años anteriores. En este cultivo se observa un cambio varietal para las nuevas plantaciones. Si bien la variedad Guara sigue siendo mayoritaria en secano, las variedades tradicionales de Comuna, Largueta y Marcona apenas representan un 5 % del total de nuevas plantaciones realizadas entre 2017 y 2020. La variedad Lauranne/Avijor alcanza el 20 % de las nuevas plantaciones, y otras como Penta, Vairo y Soleta suman el 17%. El cambio varietal es reflejo de una clara adaptación tanto al equilibrio del mercado y su estructura de demandas como a las condiciones de cada territorio y zonas de producción.

Del estudio también se desprende que el nogal es otro cultivo claramente en expansión, con una superficie registrada de 9.550 hectáreas, aunque un 27% son nuevas plantaciones que todavía no han entrado en producción.

En estos cultivos y en todos aquellos frutales de hoja perenne, entre el último tercio del invierno y principios de la primavera, con el inicio de la floración o antes de ella, es importante tener en cuenta las infecciones provocadas por hongos (monilia, chancros, etc.), ya que se dan las condiciones de humedad y temperatura perfectas para su proliferación. En este sentido, es muy importante y recomendable realizar en esta época algún tratamiento fitosanitario, con el objetivo de prevenir la aparición de ciertas enfermedades y patógenos.

Lo que buscamos con este tratamiento “de invierno o de madera” es por un lado proteger a la planta de la entrada de bacterias y hongos, y por otro reducir las formas invernantes de plagas y hongos, que pasan el invierno en cualquier rincón protegido (tronco, ramas o yemas).

Este tratamiento debe de ir precedido y/o acompañado de un buen manejo del cultivo realizando una selección de variedades resistentes a los hongos, un uso racional del abonado para evitar el exceso de vigor, podas que faciliten la aireación de la planta, la destrucción de restos vegetales afectados, etc.

Como se ha comentado, durante la época del desborre de yemas (botón rosa) es común aplicar aceites de parafina y formulados a base de diferentes tipos de sales de cobre generando una acción insecticida para combatir los huevos y larvas de insectos y fungicida /bactericida respectivamente.

Asimismo, los tratamientos fitosanitarios con aceites en invierno permiten prevenir y reducir los ataques de plagas en primavera. Estos compuestos actúan por asfixia al bloquear los espiráculos de los insectos o los estigmas de los ácaros, aunque es importante mencionar que los aceites de parafina presentan una menor eficacia frente a insectos, por ello es importante su mezcla junto con insecticidas.

Los aceites tanto de parafina como los de origen vegetal poseen un corto periodo de actividad residual, siendo estos últimos mucho más respetuosos con la fauna auxiliar.

Agrométodos recomienda el uso de QUASSAR® como alternativa eficaz y natural a los aceites minerales ya que es un producto natural y biodegradable que respeta la fauna auxiliar y ayuda a mejorar la eficacia de acaricidas, insecticidas, fungicidas, herbicidas y nutricionales.

En este sentido, QUASSAR®, al ser una cuidada formulación a base de sustancias naturales procedentes de compuestos vegetales, aporta una serie de ventajas frente a los aceites minerales o de parafina al:

• •Mejorar la calidad de los tratamientos:
  • •Óptima mojabilidad y adherencia, al producirse un reparto satisfactorio y un buen mojado de la planta reduciendo las pérdidas.
  • •Perfecta cubrición de todas las partes de la planta, incluyendo las zonas de difícil acceso y los cortes de poda.
  • •Gran capacidad de penetración de los tratamientos venciendo incluso el obstáculo de la pubescencia.
• •Permitir, gracias a sus propiedades, su utilización con dosis de aplicación mucho más bajas, consiguiendo una mayor facilidad de almacenamiento, transporte y manejo.

En definitiva, QUASSAR®potencia la eficacia de los tratamientos fitosanitarios, mejorando su efecto y haciendo su aplicación más segura y homogénea.