Digitalización e innovación tecnológica en el sector agrícola: Agricultura 4.0
En los últimos 125 años, la agricultura ha experimentado varias revoluciones debido a la necesidad de aumentar la producción de alimentos para satisfacer las demandas de una población mundial que ha pasado de los 1,6M de habitantes en 1900 a los más de 8M en 2023.
En este sentido, hemos evolucionado de una agricultura tradicional, cuya producción es a pequeña escala y está basada en el empleo de medios manuales, a una agricultura moderna, donde se incorpora la ciencia y tecnología (empleo de maquinaria, sistemas de riego, fertilizantes, control de plagas, monitoreo de cultivos, mejora genética, etc.) para ser más eficiente, ahorrando recursos (tiempo y dinero) y logrando más cantidad y mayor calidad en la producción.
Nuevo cambio: digitalización en la agricultura
En el año 2015, la ONU adoptó un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todos los habitantes del planeta. Entre estos Objetivos de Desarrollo Sostenible hay algunos en los que el sector agrícola está totalmente involucrado: lograr el hambre cero, uso eficiente de los recursos hídricos, producción y consumo responsable, trabajo decente y crecimiento económico o la rehabilitación de tierras y suelos degradados.
De este modo, es necesario seguir aumentando la producción de alimentos para poder alimentar a toda la población, pero hay que hacerlo con menos recursos y de manera más sostenible.
Asimismo, la escasez de mano de obra se está convirtiendo en un problema cada vez más frecuente. Hoy en día existe una dificultad creciente para encontrar personal agrícola cualificado y es evidente como se está produciendo una falta de relevo generacional ya que son muy pocos los jóvenes con interés el mundo agrícola al sentir que las ganancias no son equivalentes al esfuerzo y condiciones de trabajo que implica la agricultura.
En este sentido, la agricultura se ha visto abocada a una nueva evolución hacia una agricultura de precisión mediante el empleo de herramientas digitales e innovaciones tecnológicas en el campo. Se refiere tanto a avances en el desarrollo de maquinaria mediante el empleo de vehículos autónomos, drones, cámaras, sensores, etc., como a la automatización de los procesos gracias a software agrícolas, satélites, sistemas GPS, dispositivos móviles, etc.
Pero, además de todo esto, la agricultura puede aprovechar tecnologías como la interconectividad, el Internet de las Cosas (Internet of Things o IoT), el Big Data, la Inteligencia Artificial y la Robótica para la recopilación automática de datos de manera masiva, integrarlos, analizarlos y encontrar la solución más adecuada para cada situación dependiendo de cada entorno y otras circunstancias concretas.
La inversión en tecnología agrícola está más que justificada si se consideran las necesidades sociales, económicas y ambientales que se plantean para el futuro inmediato y los beneficios que estos avances comienzan a mostrar, entre los que destacan:
- – mayor sostenibilidad
- ≫ uso eficiente del agua (riego inteligente).
- ≫ menor uso de insumos y fertilizaciones más precisas.
- disminución de daños por plagas o inclemencias meteorológicas.
- ≫ reducción de residuos.
- – mejora de la comunicación y coordinación entre propietarios, técnicos y trabajadores agrícolas.
- – aumento producciones.
- – aumento de los ingresos y reducción de costes.
La digitalización e innovación tecnológica de los procesos mejora la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad de la industria agrícola en todos los ámbitos, incluidas la siembra, la cosecha y la distribución.