Frutos del bosque: la fruta saludable
El Suroeste español, gracias a sus características climáticas (climas suaves con lluvias escasas y estacionales), escasez de heladas, aparición de variedades con menos necesidad de horas frío y tipo de suelo (áridos con pH bajo), es, desde hace tiempo, el centro de producción de fresas más importante de Europa. La tradición y experiencia en el manejo de este cultivo ha supuesto una buena base sobre la que asentar el cultivo de frambuesas, arándanos, moras y grosellas.
Según datos de Eurostat, actualmente en esta región de España se produce el 97% de la producción nacional de fresa y el 23,8% de Europa, el 98% de la producción nacional de frambuesa y el 25,2% de Europa y el 97% de la producción nacional de arándano y el 41,1% de Europa.
Consumo de berries en crecimiento
Las cifras de producción se superan año a año ya que la demanda por parte del consumidor se mantiene en un progresivo aumento desde hace unos años y las perspectivas son de seguir creciendo: el consumo de berries está de moda. Los consumidores, cada vez más preocupados por su salud, más informados, y más interesados por mantener una dieta equilibrada y saludable, son conocedores de los beneficios del consumo regular de bayas frescas.
En este sentido, el sector ha sabido incorporar a su dinámica de trabajo diario, para producir fresas, frambuesas, arándanos y moras, iniciativas que aporten valor añadido al producto final (calidad, salud, etc.) y que sean compatibles con el medio ambiente, teniendo en cuenta el singular entorno medioambiental en el que se producen.
Propiedades de los berries y efectos en la salud humana
Las fresas, fresones, moras, frambuesas, arándanos, etc. conocidos todos como frutos rojos o frutos del bosque, se caracterizan por su llamativo color intenso, sus contenidos en fibra, minerales y oligoelementos, además de una serie de compuestos bioactivos que podemos definir como “sustancias no nutritivas”.
Estas sustancias intervienen en el metabolismo secundario de las plantas y, aunque no se consideran esenciales para la salud humana, cada vez existen más evidencias de que la ingesta moderada de dichos compuestos a largo plazo puede tener beneficios para la misma al prevenir o reducir el riesgo de diferentes enfermedades crónicas (Jaganath y Crozier, 2010; Fraga et al.,2019). Entre estos compuestos podemos encontrar los compuestos fenólicos: ácidos fenólicos, ácidos hidrobenzoicos, ácido hidrocinámicos, estilbenos, flavonoides, ligninas, lignanos, suberinas, etc., y compuestos no fenólicos: vitaminas, carotenos, … que se encuentran de manera natural en las plantas.
Los flavonoides (proantocianidinas, antocianos, ácidos fenólicos y flavonoles) presentan un papel fundamental ya que presentan funciones muy diferentes al estar presentes en mecanismos de defensa, mecanismos de pigmentación, resistencia frente a patógenos, contribuir a los sabores y los olores, etc.
Respecto a la salud humana, son uno de los neutralizadores de radicales libres más conocidos y efectivos ya que además de retrasar el proceso de envejecimiento, estos antioxidantes ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares o hipertensión, antibiótico natural u otras patologías de carácter inflamatorio. (Cliffors, 1992; Berra et al.,1995; Posas et al., 2003, Jaganath y Crozier 2010; Fraga et al., 2019).
En los frutos del bosque cabe destacar los flavonoles, que presentan una gran actividad antioxidante; los glicósidos de quercetina, glicósidos de kaempferol, glicósidos de mirecetina y los antocianos como la cianidina, delfinidina y malvinidina que, conjugados con azúcares y ácidos orgánicos, generan compuestos de diferentes colores: naranja, rojo, azul, violeta y morado.
La mayoría de los expertos reconocen que comer frutas altamente coloreadas como los frutos rojos, pueden mejorar notablemente nuestra salud. Los berries son una de las mejores frutas para comer equilibradamente; por ello, es esencial que estén en nuestra dieta durante todo el año.